4 dic 2011

Dijo madera y cayeron los bosques.

Dijo miedo y el mundo fue quimera.

Escondida bajo la tierra, la nieve

derritió la noria de los cielos.

Ningún lugar quedó al descubierto.

Las aguas cubrieron toda la casa

de extremo a extremo, de hueco a hueco,

dejando que las olas tropezaran

con la estatura de la muerte.


El asombro empieza en el abandono.



La arena, Madrid, Torremozas, 2007.

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