HISTORIAS COMUNES
Nadie regresa indemne del dolor,
sin memoria ni tierra de por medio,
sin grietas ni triviales miserias.
Nadie regresa sin venir del todo,
dejando la nostalgia de otras suertes atrás,
de otras vidas ya dispersas.
Nadie es profeta en su pasado,
ni reconoce en su propio destino
los jardines borrados, las estatuas,
la ceniza de amores antiguos,
borrados ya los rostros y los nombres
y hasta la obstinación brutal
de conmemorar cada nuevo enero,
de regresar al verano anónimo
y a los atardeceres piadosos.
Brota la memoria de aquellos días
y es mayor el dolor al comprobar
que todas las historias se repiten,
son cenizas de una misma gloria,
voces de una misma luz arrojada,
palabras perdidas y reencontradas,
luces de un mismo dios interminable
al que sólo el índice de los mares responderá,
si la noche es propicia.
A destiempo, 2002