POR SI ACASO
Me encontraréis en esos cafetines
repletos de viejas fotografías
que cubren de memoria las paredes,
en los pequeños cines de barrio
donde pasan películas subtituladas
que narran historias de ángeles caídos,
en las salas de espera de los aeropuertos
donde cada mirada es una tarde.
Porque he dejado en suspenso el mundo,
como en un teatro vacío
en el que se abren y cierran las puertas,
con ese gesto casi inútil
de querer negar lo que se esconde.
Porque he dejado en suspenso el mundo
con el mismo cinismo que usa el destino
para cambiar sus cartas de lugar.
Me encontraréis por la calle, simplemente,
allí donde nace nuestro no ser ya más,
porque la vida, como casi todo,
cuenta siempre con sus límites
y la respuesta final suele ser un riesgo.
A destiempo, 2004
28 dic 2011
12 dic 2011
Que se calle la muerte,
que sordo se adormezca
el vino noble de la piedra,
que se callen las sombras,
la tarde impenitente calle,
la luz última
del último mar,
que su aroma se ofrezca
más allá del fuego,
aúlle el niño, mienta la madre
y los cuerpos se sucedan,
que acabe breve el camino,
la bondad de los años
en su desvarío se temple,
el cálido temblor de las voces
deje su huella en las ventanas
y cieguen los ojos
antes del desencuentro,
que el dolor inmisericorde,
el desvelo, el infortunio
otorguen, al menos, su consuelo.
Sea en su último destierro la vida
un lento abrazo encanecido,
sienta el rumor mineral de la tierra
bajo las ascuas y crezcan
las ramas blancas de la mañana.
La arena, XCV, 2007
que sordo se adormezca
el vino noble de la piedra,
que se callen las sombras,
la tarde impenitente calle,
la luz última
del último mar,
que su aroma se ofrezca
más allá del fuego,
aúlle el niño, mienta la madre
y los cuerpos se sucedan,
que acabe breve el camino,
la bondad de los años
en su desvarío se temple,
el cálido temblor de las voces
deje su huella en las ventanas
y cieguen los ojos
antes del desencuentro,
que el dolor inmisericorde,
el desvelo, el infortunio
otorguen, al menos, su consuelo.
Sea en su último destierro la vida
un lento abrazo encanecido,
sienta el rumor mineral de la tierra
bajo las ascuas y crezcan
las ramas blancas de la mañana.
La arena, XCV, 2007
4 dic 2011
Dijo madera y cayeron los bosques.
Dijo miedo y el mundo fue quimera.
Escondida bajo la tierra, la nieve
derritió la noria de los cielos.
Ningún lugar quedó al descubierto.
Las aguas cubrieron toda la casa
de extremo a extremo, de hueco a hueco,
dejando que las olas tropezaran
con la estatura de la muerte.
El asombro empieza en el abandono.
La arena, Madrid, Torremozas, 2007.
Dijo miedo y el mundo fue quimera.
Escondida bajo la tierra, la nieve
derritió la noria de los cielos.
Ningún lugar quedó al descubierto.
Las aguas cubrieron toda la casa
de extremo a extremo, de hueco a hueco,
dejando que las olas tropezaran
con la estatura de la muerte.
El asombro empieza en el abandono.
La arena, Madrid, Torremozas, 2007.
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